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Una filosofía que toma posición y hace región

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Filosofía en Colombia. Diseño hecho con dos imágenes de Pixabay: foto de Salento, municipio colombiano en el departamento del Quindío, de marcelot87; foto rostro y smartphone de Gerd Altmann.

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A finales de mayo se celebra Temas y problemas de la filosofía en Colombia. Territorio, región y cultura, un foro virtual dirigido no solo a colombianos, sino a todos los interesados en pensar filosóficamente a Colombia más allá de Bogotá. Su objetivo: garantizar el diálogo de saberes, la participación de sectores y personas no académicas para conocer sus experiencias y nutrir la construcción de un pensamiento crítico.

Por Jaime Santamaría, filósofo

La Universidad del Quindío, en Colombia, junto con la Universidad del Atlántico y la Universidad del Cauca, y en asociación con REC-Latinoamérica y El Caribe, está organizando el foro Temas y problemas de la filosofía en Colombia. Territorio, región y cultura, que se realizará en modalidad virtual los días 27 y 28 de mayo del presente año. Charlamos con Camilo Andrés López Leal, director del programa de Filosofía de la Universidad del Quindio, y Norberto Marín Clavijo, filósofo y profesor vinculado también a la Universidad de Quindío, ambos organizadores del evento. López Leal es especialista en Filosofía de la Ciencia, tiene maestría en Ciencias Sociales con orientación en Educación. Marín Clavijo es estudiante de maestría en Medio Ambiente.

Filosofía en Colombia

Hablemos del título del evento, Temas y problemas de la filosofía en Colombia. Territorio, región y cultura, y del eslogan: Una filosofía que hace región. Contienen un componente espacial o topográfico…
El evento es eminentemente espacial y topográfico. Se llegó a ese título y ese eslogan por la necesidad de utilizar las herramientas y postulados teóricos de la filosofía para abordar, tratar de comprender y, por qué no, ofrecer respuestas a las problemáticas más cotidianas, más concretas, más inmediatas en las que estamos sumergidos como regiones y como país. Quizás hay detrás de ello cierta indignación por la inoperancia a la que la academia colombiana ha conducido la filosofía. No lo pensamos en términos de producción de capital intelectual, sino de una apatía e indiferencia por el contexto en el que nos encontramos, el cual es pertinente para el pensamiento. Si no investigamos sobre nuestros contextos y seguimos utilizando como referencias del trabajo filosófico solamente lo dicho por un pensador extranjero, seguiremos estando muy lejos de lo que puede ser un pensamiento propio, situado desde nuestras condiciones para entrar en un diálogo de pares con las demás tradiciones del pensamiento.

«Quizás hay cierta indignación por la inoperancia a la que la academia colombiana ha conducido la filosofía. Si no investigamos sobre nuestros contextos y seguimos utilizando como referencias del trabajo filosófico solamente lo dicho por un pensador extranjero, seguiremos estando muy lejos de lo que puede ser un pensamiento propio»

¿Hay un gesto anticentralista, que hace objeción a Bogotá? ¿Por qué? Lo decimos por las instituciones que organizan, todas están en los territorios.
No es anticentralista, pero sí es vehemente en la idea de que la construcción del conocimiento no se produce sólo en las grandes ciudades y en las universidades con «mayor tradición» académica del país. Esto no es una confrontación contra el centro, de hecho valoramos mucho los aportes que ciertos institutos han hecho al pensamiento colombiano y quizás en ellos nos hemos inspirado para hacer esta propuesta; con ella queremos dar ese primer paso que nos ponga a dialogar a la par. Hay que decirlo, no es que las universidades de élite hayan puesto una mordaza al pensamiento regional. En nosotros, las universidades de las demás regiones, cabe cierto grado de responsabilidad en esto, porque no nos hemos ocupado de nuestro contexto. Con este evento, desde las regiones queremos visibilizar lo que se hace en territorios donde no hay muchos espacios de divulgación cultural y académica, medios de comunicación y proyectos editoriales.

¿Qué tiene de novedoso este evento?, ¿por qué no es un foro más de filosofía como tantos que se hacen?
Sería algo pretencioso decir que este evento es novedoso, son muchos los esfuerzos que desde las regiones se vienen realizando con miras a consolidar líneas de estudio en el pensamiento filosófico colombiano y latinoamericano. Lo que destacamos del evento es que se ha pensado en red; no es un esfuerzo de una sola institución, de unos pocos profesores y estudiantes, sino que se pensó en unir recursos y voluntades en pro de una idea común que, además de ser inspiradora, cuenta con un llamado de emergencia debido a las distintas crisis que nos enfrentamos; con urgencia se les exige a los académicos que entren en diálogo con la comunidad, los territorios y otros saberes para proponer alternativas de mundos más viables.

«Con este evento, desde las regiones queremos visibilizar lo que se hace en territorios donde no hay muchos espacios de divulgación cultural y académica, medios de comunicación y proyectos editoriales»

¿A quién está dirigido?, ¿solo a colombianos?, ¿a estudiantes?, ¿a filósofos?
Este evento está dirigido a todos aquellos interesados en pensar filosóficamente a Colombia más allá de Bogotá. Estamos buscando garantizar metodológicamente el diálogo de saberes, la participación de sectores e individuos no académicos para que nos cuenten sus experiencias y nutran la construcción de pensamiento crítico. También se plantean formas de participación diferentes a las de los foros clásicos de filosofía, con el objetivo de seducir a las personas que no les interesa las «clásicas» o «tradicionales» discusiones filosóficas que han tenido la hegemonía en las últimas cuatro décadas.

¿Qué temas se tratarán?, ¿qué mesas y conferencias habrá?
Desde las primeras conversaciones que se dieron sobre el proyecto se dejó claro que no nos correspondía hablar de temas tradicionales del pensamiento filosófico y que el insumo temático y problemático de las discusiones o conversaciones dentro del evento tenía que ser nuestro contexto, es decir, basta con asomarse a la ventana de nuestra casa, ver nuestros contextos más campesinos y ahí ya vamos a encontrar situaciones de desigualdad, violencia, racismo, machismo, especismo y pobreza entre otros que necesitan de reflexión; de acuerdo con ello, tenemos mesas relaciones con la necropolítica, memorias, construcción de paces, educación, crisis ecológica actual y estudios de género. ¡La filosofía no pertenece a unos cuantos!

No es un evento sobre autores, porque se proponen mesas y temáticas que reclaman poner la atención filosófica en los problemas de la realidad social colombiana, y no es un evento sobre historia de las ideas, por lo menos no en su sentido tradicional, porque estamos preguntándonos, más bien, por las expresiones del pensamiento que se han dado en Colombia, como las del Caribe, la región andina y la pacífica. Pero con un pie en el presente y en las problemáticas acuciantes de nuestro país.

«Se plantean formas de participación diferentes a las de los foros clásicos de filosofía, con el objetivo de seducir a las personas que no les interesa las ‘clásicas’ o ‘tradicionales’ discusiones filosóficas»

¿Qué papel juegan los y las jóvenes en el foro y en esta nueva filosofía que toma posición en la región?
Un papel fundamental, de hecho la idea de este evento surge de un grupo de inquietos estudiantes de filosofía de la Universidad del Quindío, de allí uno puede inferir que son ellos los que están haciendo un llamado a la academia, a los profesores para que piensen lo que les es más inmediato. En ese sentido son ellos los que están actualizando el pensamiento filosófico en la medida en que llaman la atención sobre nuevas fuentes e insumos para el pensamiento; señalan los otros lugares donde aparecen las preguntas.

¿Qué retos tiene el quehacer filosófico en Colombia, en la región y en estos tiempos inciertos de virtualidad?
En relación a un sentir que se viene expresando hace poco, es necesario neutralizar la idea de que se es filósofo en la medida en que se construye una carrera profesional hiperespecializada y blindada de otras disciplinas y saberes, allí lo que se está haciendo es alimentar un diálogo de expertos que solo entienden otros expertos, pero lo peor de esa situación es que castra la producción del conocimiento filosófico, porque no se permite entrar en diálogo con otras disciplinas y con problemas diversos que nutren la reflexión crítica. Sólo se hace filosofía allí donde no hay filosofí, y si solo leemos filosofía pues no se podrá producir filosofía.

Lo otro que llama mucho la atención es que se nos enseña que un estudiante o profesional en filosofía no puede entrar en diálogo con comunidades o no puede hacer procesos de intervención, y es allí donde los docentes castran cualquier interés social que pueda manifestar un estudiante de los primeros semestres. Buscamos filosofías, cada vez más, y para valernos de un término, indisciplinadas. Queremos una filosofía que se ensucia más de los territorios y las regiones.

Podrían hacer la invitación a que se unan otras instituciones de región y estudiantes que crean que hay que hacer una filosofía nueva, que hace región, que toma posición. ¿Dónde hallamos más información y cuál es el proceso de inscripción, envío de propuestas, etc.?
Bueno, esta es una convocatoria a estudiantes, profesores/as y egresados/as de filosofía, humanidades y sociales, así como también a otros profesionales y ciudadanos que sientan la motivación, necesidad y urgencia de pensar colectivamente sobre nuestro país, hacer de la filosofía territorio y región, hacer de la filosofía en Colombia un lugar para construir nuestros sentidos y lenguajes comunes.

Estamos convocando a participar bajo tres maneras:

1. En conversatorios abiertos sobre cada una de las mesas temáticas convocadas.

2. A través de la presentación de pósteres que presenten avances, resultados o reflexiones sobre los temas de las mesas convocadas.

3. Propuestas de talleres que se orienten en los días del evento. La información estará colgada en las redes sociales y portales de las universidades convocantes: Universidad del Cauca (maestría en ética y filosofía política), Universidad del Atlántico (Facultad de Ciencias Humanas), Universidad del Quindío (Programa de Filosofía) y en REC-Latinoamérica. La inscripción se realizará a través de formulario de Google para la participación en las diferentes modalidades de participación en este enlace. Las propuestas de participación las recepcionamos hasta el 30 de abril.

Sobre el autor

Jaime Santamaría es filósofo, investigador de REC-Latinoamérica y profesor de la Universidad del Norte en Barranquilla (Colombia). Con él hablamos en filosofía&co. cuando escribimos acerca del congreso I Congreso Internacional de Estudios Latinoamericanos & del Caribe, que él organizaba junto con otros filósofos, y cuando planteamos en un reportaje las necesidades más urgentes que tiene en la actualidad América Latina.

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2 respuestas

  1. Avatar de Asunción jimenez jimenez 6d
    Asunción jimenez jimenez 6d

    La realidad es que el ser humano, el homo sapiens-sapiens, no nace bueno ni malo; nace con una gran herencia cultural que lo potencializa para ser lo uno o lo otro, dependiendo de los fines que fija para sus acciones, y de los medios que elige para alcanzarlos 😇😇

  2. Avatar de Carlos David Ospina Bonett
    Carlos David Ospina Bonett

    Es perfecto esto que plantean, y me llama la atención que es exactamente lo que me vengo preguntando a diario hace años, a pesar de no ser filósofo, ni antropólogo, ni trabajador social o afines, tengo de todo eso desde mi perspectiva intuitiva, desde mi necesidad de reconocerme dentro de un territorio lleno de matices e invisibilizado no solo económicamente o socialmente, sino desde el lenguaje, los medios de comunicación, desde el mismo prejuicio alimentado y acrecentado por la ignorancia de no poder recorrer este país tan diverso y con tufo a negro, a indigena, a campesino a biodiversidad…es necesario, es imperativo, como ustedes dicen quitarle la asepsia a la academia y acercarse porque desde lejos el dolor parece solo ornamental. Sería un placer aportar desde mi visión de región, he recorrido el catatumbo, pero también otras regiones, los antiguos palenques, los andes, las costas, y he visto como Guajira es Colombia y Venezuela, he visto como en los talleres que hemos hecho de cine, los niños de Chimichahua, por ejemplo, desconocen todo de su propio lugar de nacimiento, como aquel día que presentándoles Los viajes del viento, de Ciro Guerra, no entendían y no reconocían que ese tour del protagonista comenzaba precisamente allí. Fue un golpe certero, no conocemos ni nuestro más cercano entorno.

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